lunes, 31 de mayo de 2010

EL TABACO MATO A UN LIDER

Hoy 31 de mayo se recuerda en el mundo, que el tabaco es un veneno para el ser humano y para quienes están alrededor del fumador. En este caso la familia y los amigos.

Francisco Neyra Montoya lo conocí como médico siquiatra del Instituto Nacional Penitenciario-INPE- del Ministerio de Justicia y ex Dirección General de Establecimientos Penales del Ministerio del Interior y del Poder Judicial el año 1974. La única persona que tenía el sistema de la administración de justicia del Perú, para certificar el estado mental del procesado o inculpado y sentenciado según sea el caso. Con su firma podría liberar a un sentenciado declarándolo anormal y que requiere ir a un hospital y no a una cárcel. Es decir, que lo declaren inimputable al procesado o sentenciado.

Luego fue el primer Secretario General de los Trabajadores Penitenciarios elegido democráticamente el año 1980 por los trabajadores a tres meses de la vigencia de la Constitución Política del año 1979 que otorgaba por primera vez el derecho a la sindicalización de los servidores públicos del estado. Producto de que el Perú fue el primer suscriptor del Convenio 151 de la Organización Internacional del Trabajo-OIT- que otorgando el derecho a la vindicación a los servidores del estado.

Lo curioso de este hecho es que las prisiones en America latina estaban militarizadas y en los países estaban en plena guerra antisubversiva como en Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, etc. En el Perú los trabajadores bajo su natural liderazgo constituyeron un sindicato en las narices de los antidemócratas y que tuvo que ser respetada por la calidad del líder que era el Doctor Neyra Montoya.

Una vez que dejo el sindicato el año 1985 lo nombran Inspector General del INPE del Sector Justicia para luego jubilarse y en esas circunstancias es que le detectan la metástasis en los pulmones producto de su alto consumo de cigarros.

Recuerdo que me dijo que su consumo era de una caja diaria. Es decir, 10 cajetillas diarias- sino me equivoco- o 200 cigarrillos diario. Su pulmón no soporto tal maltrato y a fines del siglo XX nos dejo.

A mis amigos y no amigos les ruego no fumen para que la familia puedan disfrutar de ellos y de nosotros y hombres tan importantes por su calidad humana como Francisco Neyra Montoya no nos dejen tan temprano en la tarea de lograr la justicia social en el Perú.

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